Sobre el libro: 2006 / Las desidentificaciones son el arduo trabajo de la conciencia arrancando de sí todo lo que se le ha pegado, una vigilancia de lo negativo en medio de la celebración de la inocencia y asentir... la disonancia de los principios mundiales continuos, trayendo a la vida la asimetría de lo humano y haciendo la vida más grande y diferente de lo que es. Porque vivir (en el sentido original, indiferenciado y biométrico de la palabra) significa: estar constantemente identificado con los discursos y significaciones generales del tiempo, incluso entonces (especialmente cuando) estos discursos son sabiamente asimilados, e incluso multiplicados. Las identificaciones comienzan con el inicio de la vida y se van eliminando paulatinamente después del paso a la muerte, no importa con qué, con qué “forma simbólica” te identifiques, “bueno” o “mal”, lo importante es que ya no eres diferente de una máquina que arroja el producto correcto - "bueno" o "malo" cuando se presiona el botón deseado. Las desidentificaciones son desinfección, desinsectación, desactivación de la conciencia programada por automatismos, no importa qué: soviético o antisoviético, fascista o antifascista, religioso, ateo, científico, místico, hoy, ayer o mañana... Lo humano en nosotros comienza con desidentificaciones: cuando vemos las cosas no en el espejo de los discursos y de los nombres, sino en un pensamiento que tiene lugar en nosotros, pero que pertenece a las cosas...