Acerca del libro: 2017 / “...El trató de recordar cuándo comenzó este declive en su vida. ¿Probablemente sucedió en el verano? En el último verano de su infancia, tenía diecisiete años... El y su madre estaban descansando en las montañas, en la costa del embalse de Charvak, no lejos del pueblo de Brichmulla, una vez cantada en una canción. El día apenas comenzaba, pero el aire ya se calentaba como un radiador de aceite. Julio en Asia Central, época que los lugareños llaman “chilla”, traducida del farsi como “cuarenta días”. Este es un período de cuarenta días sofocantes de calor veraniego sin viento. Al es de aquí. Era feliz y despreocupada, como suele ocurrir en su juventud. A El le encantaba el verano, el calor, el infinito cielo azul y un sol tan cegador que nunca había visto en ningún otro lugar.…»