Sobre el libro: 2013 / Suzanne se levantó de la piedra y estaba a punto de regresar al auto cuando escuchó una voz: “¡Ven!” ¡Ven a mí! ¡Ven a mí! ¡Ven! Y, como la primera vez, estas claras palabras fueron seguidas por un sollozo ininteligible. La chica se quedó helada. La voz era tan lastimera que no podía moverse de su lugar y entonces escuchó de nuevo estas palabras: “¡Ven, ven… ven a mí!”. ¡Ven! Suzanne de repente sintió como si su cerebro estuviera a punto de explotar por esta única frase. Permaneció inmóvil durante varios minutos, pero luego reunió fuerzas y corrió hacia el coche aparcado bajo los árboles. Rápidamente insertó la llave en el contacto y puso en marcha el motor. Quería irse de aquí lo más rápido posible. Simplemente para no saber ni oír nada. ¡Esto no puede suceder! Ella es solo Suzanne Lambert, Suzanne Lambert, Suzanne Lambert…