Acerca del libro: año / Solo quedaban dos personas en la casa: Elizabeth y el fantasma... A Elizabeth se le puso la piel de gallina al pensar que se quedó sola en una casa enorme con este horror. Vacilante, subió el primer escalón. Para que suene más bien como gemidos lastimeros, la niña subió las escaleras. Tan pronto como Isabel pasó junto al retrato de Lady Isabel, sintió como si un aliento escalofriante surgiera del cuadro. Se estremeció y estuvo a punto de caer hacia atrás; todavía no entendía: ¿la mirada de la dama del retrato la asustaba o ya tenía los nervios de punta? La niña giró hacia el pasillo que conducía a la habitación de Lady Isabel. Aquí hacía un poco más de frío que en el resto de la casa. Elizabeth sintió la presencia de alguien extraño con cada célula de su piel, lo que hizo que sus pasos se volvieran cada vez más cautelosos y vacilantes. Y finalmente, la preciada puerta tallada... Al momento siguiente escuchó algo que la hizo congelarse sin dar ni medio paso. La sangre se congeló en mis venas…