Acerca del libro: año / - ¿Entonces no me atraes? - preguntó cínicamente con la confianza de un hombre que sabe que le están mintiendo. Mienten descaradamente, ardiendo de deseo. Tenía muchas ganas de agarrar a la sinvergüenza y presionarla contra la pared y comprobar si las bragas de la mentirosa estaban secas. “¡Verás, el caso es que en ese momento todavía estaba pensando cuánto tendría que pagarte al final!” — dijo Kate enojada, insinuando que el propio Vladimir era “de fácil virtud”, y, notando que el significado de lo dicho había llegado al hombre, continuó cáusticamente, burlonamente juntando sus manos: “Lo siento, no sabía que tú Pensaba lo mismo de mí”. Y no sabía que eras casi casada, casi mujeriego y casi puta!