Sobre el libro: año / - No te resistas, lo haré rápido... Patas sucias se deslizan sobre mi pecho. El hedor de su aliento llega a sus pulmones. - No quieres que te rompa la ropa, ¿verdad? Quítate los pantalones. Cerré los ojos, pero no me moví. - Como dices. Lo sentí quitarme mis jeans gastados, resoplando justo en mi cara. - Aquí las mujeres se han ido. No quieren hacer nada en absoluto. No tienes que trabajar, simplemente abre las piernas. Y ni siquiera quieres hacer eso. “Por favor, no lo hagas”, no pude resistirme y traté de suplicar clemencia, sabiendo que mis súplicas no ayudarían... La nueva realidad me golpeó como un tsunami. Y no sólo para mí - para todas las chicas