Sobre el libro: 2002 / ...Cada mañana, los médicos que no entienden nada se retiran a lo desconocido. No hay hemorragias internas ni externas, ni daños capilares, ni hemorragias nasales, ni leucemias ocultas, ni enfermedades malignas exóticas, nada... Pero mi sangre está desapareciendo lentamente. Es imposible echarle la culpa a un pequeño corte en la comisura de mis labios, que no sana: siento constantemente el sabor de una preciosa humedad en mi lengua... Un brillante ejemplo de historia mística de Claude Seignol, el más grande de los maestros francófonos de la “prosa gótica”".