Sobre el libro: año / Me arrodillo frente a Nikola y la levanto por la barbilla. Ella cierra los ojos. Aprieto su delicada piel un poco más fuerte. - ¿Por qué no hablaste de tu hijo? Contengo la respiración por un momento para superar mi ira y la necesidad de envolverla en mis brazos. – ¿Te importa? “Soy padre y tenía derecho a saberlo”. - No, te fuiste, me tiraste como a un juguete. Aprieto mis dedos hasta que me duele. Veo resentimiento y odio en su mirada. – Siempre consigo todo lo que necesito. Ahora tu vida seguirá mis reglas. Harás todo lo que te diga de manera diferente. – ¿Qué es diferente? - Mi hijo se quedará conmigo y tú volverás al lugar de donde viniste..