Acerca del libro: 1998 / Parece que la lectura de este libro será más eficaz para los matemáticos, especialmente los especialistas en topología. El libro está saturado de alusiones matemáticas y numerosas variaciones sobre el tema de las transformaciones espaciales. No es exagerado decir que el libro de Deleuze está dedicado a las matemáticas barrocas, concretamente al cálculo diferencial, que fue inventado por Leibniz. Es la versión leibniziana, y no la newtoniana, del cálculo infinitesimal la que está imbuida de un espíritu barroco completamente especial. Deleuze interpreta el barroco como una determinada función operativa, o un rasgo característico, que consiste en la producción incesante de pliegues, en su acumulación, crecimiento, transformación, en su aspiración al infinito. El pliegue interminable así formado (inmediatamente se sugiere la imagen de la corteza cerebral que crece hasta alcanzar proporciones gigantescas) tiene, por así decirlo, dos lados o dos pisos: pliegues de la materia y pliegues del alma. Pesadas masas de pliegues materiales se acumulan bajo la influencia de fuerzas externas y luego se organizan en un sistema armonioso de acuerdo con las curvaturas internas del alma. Descartes utilizó un principio de montaje completamente diferente: para él, la materia se caracteriza por la extensión rectilínea y el alma por la "rectitud", que endereza cualquier "inclinación" mental.".