Sobre el libro: 2019 / Trabajando todos los días en la panadería familiar, Sancho estaba satisfecho con la vida. Tenía todo lo que quería y lo más importante: un futuro totalmente asegurado, planeado por su familia. Le parecía que todo le convenía. Pero nunca pudo admitir que envidiaba a los aventureros. Los que van en busca de los tesoros legendarios de los antiguos imperios, los que descienden a profundas mazmorras para matar monstruos, los que protegen aldeas remotas de los hechiceros desenfrenados. Todos los muchachos los conocen y el bardo callejero los canta, chismorrean sobre ellos ante un vaso de cerveza, y las doncellas nobles sueñan con ellos. Una vez, después de que la muchacha que amaba rechazó a Sancho, tomó un sorbo del licor de su abuelo. Y cuando despertó, iba en un carro, mirando el cielo del atardecer. Le dijeron que era un aventurero y que iba a realizar sus primeras misiones..