Acerca del libro: año / "...Condujo con confianza por el pasillo, llenando la canasta con delicias. Sólo tomaba quesos duros y de las conservas prefería las lampreas en gelatina. Se quedó mucho tiempo cerca del departamento de verduras, clasificando montañas de frutas exóticas con sus patas nudosas. Acompañada de un tonto parásito que, a petición suya, retiraba de los estantes los productos que le gustaban, se detuvo lentamente en la caja registradora y... sacó quinientos de su billetera. Los compradores aleatorios que se encontraban a su lado en ese momento se congelaron respetuosamente. Quinientos lats es una cantidad bastante considerable para los residentes de Letonia. El ingreso promedio es de poco más de doscientos por mes. No es de extrañar que el poseedor de semejante “capital” fuera siempre seguido de miradas envidiosas y curiosas, pero en orden. Aquel desafortunado día en el banco, al principio todo transcurrió como de costumbre. Aceptaron el dinero y empezaron a contarlo.…»