Acerca del libro: 2007 / Un joven y ambicioso emperador es el primero en tener una idea simple: “La magia debe usarse con fines estatales. Los jóvenes brujos, curanderos, nigromantes, demonólogos y otros hechiceros son declarados responsables del servicio militar y "son llamados a filas". ¡Y la guerra es tan desagradable, por supuesto, para un país invadido! por las tropas imperiales, desagradable para los conquistadores, obligados a obedecer el espíritu excéntrico del legendario comandante, que se ha apoderado del cuerpo de un general muy mediocre. Y qué desagradable es para los comerciantes de ambos bandos, que están sufriendo enormes pérdidas. ¡¡¡Es imposible decirlo!!! Hay que detener la guerra. Pero, ¿cómo? Como es habitual con Asprin, de la forma más inimaginable.!