Acerca del libro: año / En Regstein, una bruja no necesita un hombre para dar a luz a un niño. Por cada bruja sólo hay un hijo, sólo uno, y sólo ella. Y ningún hombre tiene derecho a ello. Eirin, como cientos de brujas antes que ella, tan pronto como cumplió 17 años, descendió a una cueva subterránea en busca de su óvulo, del que más tarde surgiría un bebé, exactamente como ella. Encontró su bolso de mano. Sólo frente a ella se ponen dos huevos grandes y hermosos. Y ambos eran cálidos, una reminiscencia de la vida que despertaba en ellos. Su gente ve esto como una amenaza, pero Eirin no está dispuesta a separarse de ninguno de sus hijos, ni siquiera bajo pena de muerte. ¿A qué conducirá su negativa??