Acerca del libro: 2011 / A mediados del siglo I a. C., pocos dudaban de que la República Romana estaba condenada al fracaso: brutales guerras civiles que duraron medio siglo y redujeron la población de Italia a la mitad, llevó a la Ciudad Eterna al borde del desastre. Y cayó la República. Sin embargo, sobre sus ruinas se erigió un nuevo estado poderoso que conquistó la mitad del mundo y determinó el desarrollo de la civilización europea: el Imperio Romano. Esta transformación milagrosa, que prolongó la vida de Roma durante medio millar de años, está asociada con los nombres de dos grandes estadistas, verdaderos genios del poder: Cayo Julio César y su hijo adoptivo Octaviano Augusto, quien continuó la obra de su padre después de la muerte de César a manos de los conspiradores y no sólo se vengó de sus asesinos, no sólo ganó la guerra civil y se hizo con el poder exclusivo, sino que también llevó a cabo reformas grandiosas, sentando las bases del Imperio y logrando la paz interior, la estabilidad y la prosperidad. Fue desde la época de Augusto, que estaba orgulloso de haber "recibido a Roma como ladrillo y la dejó como mármol", que los romanos deificaron a sus emperadores, y los primeros Césares verdaderamente merecieron honores divinos, habiendo logrado lo que estaba más allá de las fuerzas humanas. El libro rinde homenaje a los verdaderos creadores del Imperio Romano, cuya experiencia de salvar y revivir el Estado es hoy más relevante que nunca..