Sobre el libro: 1990 / "...El asunto está claro, aunque no del todo. El armero y la mujer llegaron a caballo desde el bosque. Se desconoce por qué conducían aquí y no por la carretera. Pero atravesamos los matorrales de brezos, uno al lado del otro. Y luego, no sé por qué, se desmontaron o se cayeron de los caballos. El armero murió inmediatamente. La mujer corrió, luego cayó y también murió, y “algo” que no dejó huellas la arrastró por el suelo sujetándole el cuello con los dientes. Ese “algo” que mató a ambos no era ni un demonio ni un duende. Necesitamos comprobar por qué el armero y la mujer conducían por el bosque y no por la carretera. Si pasamos estos incidentes con indiferencia, ni siquiera nos ganaremos la avena, ¿verdad, Pletka??»